viernes, 23 de agosto de 2013

This boots are made for playing... football

     El título tendría que decirse cantando, con la voz de Nancy Sinatra... Bueno, que cada uno haga lo que pueda. Resulta que es el cumpleaños de "mi tierno infante" y cómo no tendría su tarta... más bien SUS tartas. Sí, sí; dos. Una la que él esperaba y pidió y la otra de sorpresa total. Claro que para que no me pillara haciéndola (a ver que sorpresa, si no...) el bizcocho relleno, esperaba en la nevera y la decoración y esculpido del mismo, se realizó en ¡tres cuartos de hora!, que fue lo que conseguí que estuviera fuera de casa del todo  (No entra en casa y ese día no había manera de echarle...)




   Y como es como Benji y Oliver ("El fútbol es su pasión", va de canciones la cosa) pues qué menos que una bota de fútbol. Y con los colores de su peña Los Aceleraos que es otra de sus pasiones. La bota ya está en su estantería y la tarta en proceso... (que pesaba casi tres kilos...)

      Pero es que además, hubo como he dicho otra tarta que él pidió; quería una tarta de bizcocho de galleta María, no de galletas, entendámonos, de bizcocho con sabor a galletas María. Pues ¡Hala! Ahí está la tarta.

 
Tarta de bizcocho de galletas María bañada con almíbar de galleta y con tres rellenos: nata, trufa y crema de galleta. ¡Ahí es na´!
En casa de Catalina, es costumbre que el cumpleañero, elija lo que quiera tanto para comer como para cenar; el caso es que hubo un momento en que el fogón era un circo de tres pistas: la carne en el horno, el almíbar de la tarta en un fuego; las patatas para el puré en otro, salsa de tomate a fuego lento y boloñesa para la lasaña en los dos últimos... Despuén tomaron el relevo, los guisantes, la salsa para el asado (¡Bendito Gravy!), la bechamel y el resto de las verduras... Mientras, en el mostrador, montaba la nata, la trufa y la crema de galleta... ¡Y aún me quedaba fregar la cacharrada! ¡Mi madre cofesó que cansaba sólo verme! Por cierto, gracias abuela, tú ya sabes porqué
Se puede deducir que el menú de la comida fue asado al romero y miel con puré de patata ("Mamá de sobre no, porfa...") y verduras. La cena, una gigantesca lasaña y tarta de postre. Todo estaba muy rico, pero cuando ya bien entrada la noche, con todo medianamente recogido y con los invitados camino de sus casas (¡Que quede claro que yo no eché a nadie! Si ellos no entendieron lo de "vamos a acostarnos que estos señores se querrán marchar", no es mi problema), mi perra y yo tomamos posesión del sofá con la intención de relajarnos mientras se terminaba la botella de cava (lo del cava sólo yo, la perra aún no bebe pero se lo está planteando...); aparece por la puerta mi querido vástago con ¡Ocho Amigos!  Por supuesto dispuestos a acabarse la tarta... y lo que pillaran por  en medio. Está claro que les gustó, creo que medio twiter está lleno de alabanzas al Fogón. Son estómagos agradecidos...
 En fin, otro año superado. Adolescentes....                                                                                                                                             

UNA MIRADA NOSTÁLGICA

 Hace años, cuano El Fogón comenzaba su andadura, me hinché a hacer esta tarta. A todos les llamaba la atención y la verdad es que con tanto muñequito, no había niño que se resistiera. También he vivido el momento de entrega de la tarta en el qu la mamá en cuestión se ha puesto delante y ha exclamado: "¡Esta tarta no se toca!" mientras mandaba a alguien a comprar una en cualquier establecimiento, je, je... Es broma, lo de la exclamación de la madre, sí es verdad, pero os aseguro que de la tarta no quedaron ni las migajas...



       Ya por aquel entonces empecé a hacer la tarta sacher para decorar. Me gusta su consistencia y además, no es excesivamente dulce, lo que hace que sea ideal en combinación con el fondant. Y ese regustillo de las frambuesas.... uhmmm.
                Es una tarta muy laboriosa y lo único que cambio de la receta original, es el añadido de almendra; no es prudente dado la cantidad de alérgicos a los frutos secos que puedas encontrar.
         Si alguien quiere la receta ¡Que la pida! ¡A ver si os animáis a dejar comentarios!

GOD SAVE THE QUEEN...

     Andrea cumple 16 y como buena medio británica que es, recibió un regalo muy especial, una tarta con la Union Jack bien grande.

   
 
Por supuesto con un osito con el uniforme de los Royal Guards. Ahora veremos si mi inglés pasa el examen de la madre de la criatura, Julie. Por lo pronto la tarta sí pasó el examen, je, je. La tarta es un todo chocolate que es lo que más le gusta a la homenajeada.
 

jueves, 15 de agosto de 2013

Un león amistoso

  Cumpleaños de Boris y su mamá encarga una tarta de colores brillantes que le llame la atención ¡Que sólo tiene un añito! Seguro que el dulce león le encantará.



  Bizcocho de vainilla con relleno de trufa; rico y sencillo. Tarta hecha para Chicolata Cakes

LO QUE NOS GUSTAN LAS HADAS

Me encanta cuando la tarta que me piden tiene una decoración de hadas. No lo puedo evitar, cosas que tiene una...



       Y como siempre, la tarta Sacher con su sabor a chocolate negro y su relleno de frambuesas fresquitas hace que sea chipén para esta época y para cualquier otra. A ver quién es el listillo que dice que no a una tarta de chocolate, je, je.
    Por cierto... Que es una tarta sacher de verdad. Hace poco comenté en el blog de Gatita con Tacones precisamente ese tema. No todo lo que corre por ahí, es de verdad lo que anuncian. Ella daba la receta de una de mis tartas preferidas, la Red Velvet, y daba la de verdad, con vinagre, que no porque el bizcocho sea de color rojo es una Red Velvet y si tú vas y le echas chocolate en polvo, aunque sea el especial repostería, al bizcocho, no tienes una Sacher. Llámalo como quieras y seguro que está buenísimo... pero no es una sacher. También el pollo Tandoori es rojo y no es una Red Velvet... je, je.
   Si te pones a hacer cosas laboriosas, que no complicadas, hazlas hasta el final y no busques atajos: vamos, que la mantequilla tiene que estar a temperatura ambiente y no ablandada en el micoondas...
          Por eso quizá mis talleres duran lo que duran, porque no me contento con que se aprenda decoración con fondant; lo que hay debajo es importante también. Hay que encontrar el bizcocho firme que soporte la decoración, pero como el fin es comérselo, tiene que estar, rico, jugoso, no excesivamente dulce y del gusto del consumidor... ahí es "ná".
    Por eso ahora que proliferan los cursos y talleres cual champiñones en el bosque, buscad los que además de enseñaros a trabajar el fondant, la pasta de modelado y demás, os enseñen a hacer el bizcocho, los cups o las galletas ricos y adecuados. Hay sitios en que os cobrarán un riñón, por enseñaros a hacer florecitas sobre una magdalena del Mercadona, creedme... (con todos mis respetos hacia las magdalenas de ese sacrosanto lugar, del que soy fan y habitual cliente .Están buenísimas mojadas en leche)( Sí, ¿Qué pasa? En mi casa también se comen magdalenas de bolsa; los duendes que viven conmigo comen de todo mientras sea dulce...)
      Pronto daré la receta de la Sacher, pero si alguien la necesita urgente, que me la pida, que yo encantada...

SEAMOS PROFESIONALES

 Hace poco, El fogón de Catalina pegó el patinazo; mea culpa. El patinazo fue a costa de una tarta de plátano y chocolate que mi queridísima Cintya me encargó. En mi descargo diré que me la encargó con muy poco tiempo y que el fastuoso verano hizo el resto, pero eso sería escurrir el bulto como diría mi abuela... Yo tendría que haber dicho que no porque: La tarta tiene que posar lo suficiente como para admitir la cobertura y eso son horas; no tuve previsión de tiempo. Dos: la ganaché de chocolate necesita más horas aún para formar una cobertura firme alejada de lo pegajoso, el tiempo de nuevo. Tres: además el fastuoso verano hace que el trayecto desde el Fogón al punto de "ingesta" deshaga más cobertura y relleno; no tuve previsión de climatología y eso que llevo con el ventilador de mochila desde hace casi dos meses. Cuatro, tanto que me precio de que mis tartas son personalizadas y llevo las preferencias de mis amigos al extremo; me enteré demasiado tarde de que a ninguno de la familia le gusta la trufa... relleno del que la tarta rebosaba... un fiasco...
Ganaché aún caliente... horror seguro

    Mi único consuelo es que cuando Cintya y su familia vuelvan de vacaciones, tendrán una tarta de plátano y chocolate perfecta... y sin rastro de trufa.

sábado, 3 de agosto de 2013

¡Al rico taller!

  El pasado 31 de Julio El fogón de Catalina llevó a cabo un taller de cup cakes, Y nada más y nada menos que de plátano y de mango... uhmmmm. Se nos pasó el tiempo volando; qué divertido es cocinar entre amigos. Aunque a eso de las nueve, las llamadas a los móviles de los alumnos y profe por parte de la familia reclamando la cena, era de rigor... Pero eso no nos amilanó y estuvimos lo que tuvimos que estar, je, je...

No se puede decir que no hubierta variedad de alumnos, desde nuestra benjamina Elsa, hasta David,, nuestro macho alfa en esta ocasión (pero sólo es ésta je, je...)
   Ahí va la receta para el que se anime
         Cups de plátano rellenos de crema de plátano

Ingredientes
- 230 gr de mantequilla a temperatura ambiente (lo que en esta época quiere decir casi derretida)
- 200 gr de azúcar
- 260 gr de harina leudante (la Bizcochona de toda la vida, la mejor para mí la de Mercadona)
- 4 huevos
- Dos plátanos grandes  (o tres si son pequeños)
- Aroma de Plátano
Relleno
- Una tarrina de queso tipo Philadelphia
- Dos o tres cucharadas de azúcar glass (según lo dulce que te guste)
- aroma de plátano al gusto

  Precalentar el horno a 170º y colocar las cápsulas en el molde de cups.

   Tocear, triturar y reservar los plátanos. Batir la mantequilla con las varillas dándole caña hasta que esté en pomada. Añadir el azúcar sin dejar de batir a velocidad alta. Incorporar los huevos uno a uno sin dejar de batir. Sumar la harina tamizada y batir a velocidad lenta. Sumamos el puré de plátano y el aroma batiendo lento hasta que la mezcla esté homogénea- Hornear hasta que el cuchillo salga limpio; una media hora.


 
  Para rellenarlos esperaremos a que estén bien fríos y con el superartilugio para rellenar (que sea un descorazonador de manzanas de los chinos no ha de interesar a nadie...) haremos un agujero en cada uno. Batimos con las varillas a velocidad alta los ingredientes del relleno, (tened la precaución de colocar un paño sobre el cuenco al empezar a batir, más que nada porque el azúcar glass puede convertiros la cocina en algo parecido a Londres en día de niebla....); LLenamos una manga pastelera sin boquilla ni nada con el preparado y rellenamos el hueco. Creedme están de rechupete.


Para hacerlos de Mango, lo único que hay que hacer es sustituír los plátanos por un par de mangos maduros y el aroma por el de mango. Los aromas están disponibles en cualquiera de las tiendas de repostería que ahora proliferan cuan champiñones en el bosque. Si queréis direcciones, pedídmelas.
     Ahora que veo la foto anterior, es de señalar la concentración de Reyes en su trabajo, je, je...

PARA HACER LOS CUPS DE MANGO:
        Sólo tienes que sustituír los plátanos por un par de mangos maduros y el aroma por el de mango.
Ricos, ricos, ricos ...

         Por cierto; si no vais a utilizar la harina leudante y usáis harina normal o de repostería, no sólo hay que añadir levadura; hay que sumar una pizca de sal. ¡Ah! y salen unos 12 cups grandes ¡Hala, a cocinar!