sábado, 14 de septiembre de 2013

¿QUÉ ME PONGO?


          Luana cumple años y sus amigas me encargan la tarta. Hasta aquí todo bien. Cuando empiezo a indagar para que me digan algo sobre ella para intentar que la decoración sea la más adecuada es cuando empiezan los problemas... La pobre Ana, instigadora del proyecto, hacía lo que podía, intentando averiguar, preguntando, pidiendo fotos de la habitación para poder repruducir lo más posible... Sin resultados, todo hay que decirlo. Lo único que estaba claro es que Axel, su perro tenía que estar en ella. Después vinieron una serie de ideas peregrinas sobre la decoración (hasta el coche me pidieron y casi a tamaño natural porque querían a Luana sentada en al capó y a Axel dentro sacando la cabeza por la ventanilla...) Ideas que no digo que no se puedan hacer, pero no lanzadas a tres días de entregar la tarta... Como no había entendimiento -entre las amigas- , hice lo que me pareció que fue esto:


       Hasta los almohadones que denotan los orígenes ítalo-astures de Luana. Sé que te gustó porque tus amigas, las liantas, me lo chivaron.
        Vale, escollo salvado. Y nos damos e narices con el bizcocho y el relleno. Propuse la tarta sacher. Vale, les gusta el chocolate. Hablamos del relleno; No gustan las frambuesas. Vale; trufa; no gusta la trufa... Estuve a punto de decir "¡Pues la relleno de nocilla y arreando!". Pero me contuve. Tampoco convencía el chocolate negro de la sacher. Total, que al final me puse el mundo y a las amigas por montera e hice lo que me dio la gana... Bizcocho de chocolate bañado en almíbar de ron con relleno de nata y trufa... y arreando. Para mí que les gustó porque no me han dicho lo contrario. Lo mismo aún lo están debatiendo... je, je
 

            La foto tomada a altas horas de la madrugada, lo habitual del fastuoso verano...

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